domingo, 23 de septiembre de 2012

Ke Mortal

Hoy les vengo a platicar sobre un proyecto que tengo en mente desde hace ya un buen rato, pero en el que no eh podido avanzar mucho (casi nada)...

Unos amigos y yo fundamos un grupo, al que bautizamos como RAMPAKproducciones y con esto nos vamos a dedicar a hacer caricaturas, filmes y demás cosas (aunque casi todo lo hago yo) y el proyecto principal del grupo se llama "Ke Mortal" y son pequeños sketchs animados en Flash (asi como VALV o Negas etc.) inspirados en nuestras experiencias diarias y algunos trips que nos lleguen, y pues la dinamica de la serie se basa en 6 personajes en los cuales me voy a esforzar para darles personalidades completamente diferentes pero básicas, para que puedan ser escogidos de acuerdo a la situación que queramos plasmar.
El primer personaje que desarrollé y en el que mas me eh metido es este.

Originalmente se llamaba Bane, pero luego salió la película de Batman y se popularizo demasiado ese nombre así que decidi cambiarlo pero aún no me decido.
Y para que vean que soy buena onda les voy a poner unos cuadros del StoryBoard que estoy realizando


lunes, 10 de septiembre de 2012

Soy LAD

Yo crecí viendo muchas caricaturas, muchas y muchas películas, soy de esos que nació junto con el CGI con películas como Toy Story o Jurassic Park, veia una y otra vez el Rey León, grababa los episodios de DragonBall y Digimon cuando no podia estar justo a la hora adecuada para verlos en la TV como solía hacer. Desde siempre fui fan de muchas cosas como Harry Potter, StarWars, Matrix, Indiana Jones, Volver al Futuro etc... Mi padre tenia un CyberCafé donde rentabas computadoras para ir a jugar un rato, así que fui expuesto al maravilloso mundo de los videojuegos desde pequeño con The NeverHood, The Lost Mind of Doctor Brain y Team Xtream. Como fue pasando el tiempo fui fan de mas cosas y en especial de las películas adaptadas de novelas gráficas o comics tales como Scott Pilgrim, Kick-Ass, Sucker Punch, The Watchmen etc..

Pero mi especial gusto por dibujar surgió cuando de muy pequeño me fracture la muñeca, entonces no podia hacer todo lo que los demás hacían en la escuela y me ponían a calcar cosas como método de rehabilitación, hacia muchos dibujos calcados y copiados mientras los demás hacían lo que tocaba; En mi casa la muchacha que me cuidaba tambien me ponía a hacer dibujos para entretenerme, pero ella si me enseño bien e hizo que agarrara el gusto. Así fue como obtuve el  habito de copiar lo que veia, tanto con plastilina como con lápices, comencé a moldear y dibujar todo aquello que aparecia en la tele, en las películas, libros, videojuegos pero especialmente algo que me ayudo mas que nada fueron las tarjetas de caricaturas de Martin López que vendian en la papelería, seguramente tengo mas de 300. Con el tiempo fui avanzando más, primero fue calcando, luego copiando, después de memoria, hasta que pude inventar.

Un tiempo paso en la tele un comercial de Bic, Scribe o Norma, no recuero bien, y por mas que lo busco no aparece,  en el que animaban a un baterista con la tecnica del "Flip-book", esta escena me pareció muy interesante y de inmediato tomé un libro grueso y me puse a dibujar stickmans peleando entre las paginas. Durante clases me ponía a hacer animaciones en mis libros para entretenerme y estas cosas cobraron éxito en mi salón pues los demás compañeros comenzaron a copiarme y a hacer sus propias animaciones. Un dia mi abuelo, que es conocido por hacer chucherías en sus tiempos libres, fabrico un montón de libretitas perfectas para hacer flip-books y me regalo una bolsa entera, entonces me dedique a venderlas entre mis amigos, y les enseñaba a todos como hacer que sus personajes cobraran vida.

Uno de esos compañeros un dia me comentó sobre un programa en MiniClip llamado sketch-star donde  podia hacer animaciones en la computadora, así aprendi a hacer animaciones sencillas y luego comencé dibujar mis monos en documentos de Paint y a juntarlos en MovieMaker (un trabajo bastante arduo por cierto), con mi practica en los flip-books esto se volvió un tanto sencillo y decidi hacer un par de pequeñas animaciones de plastilina con Stop-Motion.

Cuando entre a la Preparatoria, vimos en la materia de computación los programas de Macromedia que eran Flash, Fireworks y Dreamweaver (ahora de Adobe). Primero vimos Fireworks y me di cuenta de que era bastante bueno con eso y me fascino, entonces me puse a editar imagenes fuera de la escuela solo por diversión, pero cuando llegó el turno de aprender Flash, quede enamorado comencé a usar dicho programa con bastante mas frecuencia, experimentando y haciendo pequeñas cosas, al grado que mis compañeros me pagaban para que les hiciera sus proyectos y para mi no era mas que genial.

Al año siguiente me cambie de preparatoria y en el sistema de la nueva institución tenian previsto ver esos programas un poco después, entonces cuando llegó el momento de tomarlos yo ya era todo un Pro en comparación de los demás que apenas lo conocían, con Fireworks mejore mis habilidades y obtuve buenos resultados, de hecho hasta gane un Concurso de Gifs animados. Pero cuando llegamos a Flash, la maestra quedo tan impresionada con mi conocimiento del programa y mi habilidad, que decidió sacarme de su clase y exentarme, de esta manera no tuve que hacer las practicas de principiantes de los demás y me dedique a experimentar un poco más.

Me di cuenta de que las actividades que mas amaba hacer en el mundo eran el animar, dibujar, editar, el stop-motion, grabar, ir al cine y el crear historias. Entonces comencé la búsqueda de la carrera perfecta y encontre varias, pero ninguna me lleno tanto como la que encontré en el Tecnologico de Monterrey. Entonces comenzó la lucha por conseguir la mejor calificación posible para poder ganarme una buena beca en tan prestigiosa universidad. Dedique bastante esfuerzo en esto y al final logre obtener un certificado de Preparatoria con 9.5 de promedio general y una mención honorifica de excelencia; esto junto con el estudio socio-economico y el resultado de el examen de admisión lograron que obtuviera mi beca de 80% de el ITESM (40% credito y 40% pura).

Así que ahora estoy dentro de la Licenciatura de Animación y Arte Digital abreviada como LAD, y estoy muy feliz haciendo lo que hago, y compartiendo tiempo con personas que aman lo que yo y que piensan como yo.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Huevos Verdes con Jamón

Dr. Seuss fue un famoso escritor de cuentos infantiles, autor de obras como "Horton hears a Who" y "How the Grinch Stole Christmas!"
En mayo de 1954, la revista Life publicó un reportaje sobre las dificultades que tenían los niños de las escuelas para leer correctamente porque sus libros eran aburridos. El publicista de Seuss creó una lista de 348 palabras que consideraba importantes y le pidió a Dr. Seuss que la redujera a 250 palabras y que escribiera un libro usando únicamente éstas. Nueve meses después, Seuss, utilizando 236 de las palabras que le fueron dadas completó The Cat in the Hat. El libro mantuvo los dibujos característicos de Seuss, la rima y todo el poder imaginativo de los trabajos anteriores de Dr. Seuss, y gracias a la simplicidad de su léxico podía ser disfrutado por lectores principiantes. Existe el rumor de que en 1960, Bennett Cerf apostó a Dr. Seuss $50 a que no podría escribir un libro usando solo 50 palabras. El resultado de tal apuesta es supuestamente:

Green Eggs and Ham

-¡Yo soy Juan Ramón!
-¡Ese Juan Ramón!  ¡Ese Juan Ramón!  ¡No me gusta nada ese Juan Ramón!
-¿Te gustan los huevos verdes con jamón?  
-No, no me gustan nada, Juan Ramón.  ¡No me gustan nada los huevos verdes con jamón!

-¿Te gustarían aquí, o los quieres allá?
-No, me gustarían, no los quiero aquí ni allá.  No, no me gustarían aquí, allá o más allá.  Pues no me gustan nada los huevos verdes con jamón.

-¿Te gustarían en un caserón?  ¿Te gustarían con un ratón?
-No, no me gustarían en un caserón.  No me gustarían con un ratón.  No, no me gustarían aquí, allá o más allá.  Pues, no me gustan nada, los huevos verdes con jamón.  No, no me gustan nada, Juan Ramón.

-¿Los comerías en un cajón con un zorro en un rincón?
-No los quiero en un cajón con un zorro en un rincón.  Tampoco en un caserón y menos con un ratón. No los como aquí ni allá…aquí, allá o más allá.  No como huevos verdes con jamón.  Pues, no me gustan nada, Juan Ramón.

-¿Podrías?  ¿Los querrías en un coche?   ¡Cómelos que se  enfrían esta noche!
-No los comería, ni querría, en un coche.

-Te gustarían más en un árbol, quizás. ¡Te gustarían más, ya verás!
-¡Déjame ya!  No los quiero en un árbol, ¡basta ya! No los quiero en un coche, ¡ni de noche! No los quiero en un cajón con un zorro en un rincón. Tampoco en un caserón, y menos con un ratón. No los como aquí ni allá, aquí, allá o más allá.  No como huevos verdes con jamón, pues no me gustan nada, Juan Ramón.

-¡Un tren! ¡Un tren! ¡Un tren! ¡Un tren!  Pues, ¿los quieres en un tren?
-¡Déjame ya!  No los quiero e un tren, ¡basta ya! Ni en un árbol, ni en un coche, ni de noche.  No los quiero en un cajón con un zorro en un rincón.  No los como aquí ni allá, aquí, allá o más allá.  No como huevos verdes con jamón, pues no me gustan nada, Juan Ramón.

-Dime… ¿y en el túnel?  ¿Aquí en el túnel? ¿Podrías, querrías, en el túnel?
-No podría, no querría en el túnel.

-¿Podrías, querrías, en la tormenta?
-No los quiero en la tormenta, no me tientan. Ni en el túnel, ni en el tren me sientan bien. Ni en un árbol, ni en un coche, no me gustan, ni de noche.  Ni en un cajón o caserón, con un zorro o un ratón. No los como aquí ni allá.  ¡No me gustan, Juan Ramón!

-¿No te gustan los huevos verdes con jamón?
-No, no me gustan nada, Juan Ramón.

-¿Podrías comerlos con una cabra?
-No podría, ¡Palabra!  Comerlos con una cabra.

-¿Podrías, querrías, en un barco?
-No los como en un barco, ni navegando en un charco. Con la cabra y en el túnel, no los como. En la tormenta o en el tren, ni por asomo. Ni en un árbol, ni de coche, ni de noche. No los quiero en un cajón, con un zorro en un rincón. Tampoco en un caserón, y menos con un ratón. ¡Basta ya! No los como aquí ni allá, ¡Aquí, allá, a más allá! ¡No, no me gustan en ninguna ocasión, los huevos verdes con jamón! No, no me gustan nada, Juan Ramón!

-No te gustan…. ¡qué ridiculez!
-¡Pruébalos, una vez! Y te gustarían, tal vez, -ya me lo dirías después- Si los pruebas una vez.

-¡Juan!  Si me dejas en paz los probaré, ya verás. ¡Vaya!  ¡Me gustan los huevos verdes con jamón!  Sí, me gustan mucho Juan Ramón! Y los comería en un barco navegando en un charco, y los comería con la cabra, te doy mi palabra…Los comeré en una tormenta, también me tientan en el túnel y en el tren. ¡Y en un árbol y en un coche y de noche!  ¡Qué ricos son, qué ricos son, los huevos verdes con jamón!  Los comeré en la tormenta.  Los comeré en un cajón con un zorro en un rincón.  Los quiero en un caserón y también con un ratón.  ¡Comeré aquí y allá, aquí, allá, y más allá, los huevos verdes con jamón! ¡Me gustan mucho, mucho, mucho, mucho los huevos verdes con jamón! ¡Gracias, gracias, Juan Ramón!

El Corazón Peludo del Brujo

Érase una vez un joven brujo atractivo, rico y con talento que observó cómo sus amigos se comportaban como idiotas cuando se enamoraban: retozaban como crios, se acicalaban y perdían el apetito y la dignidad. Así pues, decidió no caer nunca en esa debilidad y empleó las artes oscuras para evitarlo.
La familia del brujo, que ignoraba su secreto, se sonreía al verlo tan frío y distante.
—Todo cambiará el día que quede prendado de una doncella —profetizaban.
Pero el joven brujo no quedaba prendado de nadie. Pese a que más de una doncella sentía intriga por su altivo semblante y utilizaba sus encantos más sutiles para complacerlo, ninguna consiguió cautivar su corazón. El brujo se vanagloriaba de su propia indiferencia y de la sagacidad que la había producido.
Transcurridos los primeros años de la juventud, los amigos del brujo empezaron a casarse y, más adelante, a tener hijos.
«Sus corazones deben de estar resecos como cáscaras por culpa de los lloriqueos de esos crios», se burlaba el brujo para sus adentros mientras observaba las payasadas de aquellos jóvenes padres.
Y, una vez más, se felicitaba por la sabia decisión que tomara en su día.
A su debido tiempo, los ancianos padres del brujo fallecieron. Pero éste no lloró su muerte; al contrario, se alegró de ella, porque ahora reinaría solo en el castillo. Había guardado su mayor tesoro en la mazmorra más recóndita, y así pudo entregarse a una vida de lujo y desahogo, en la que su comodidad era el único objetivo de los numerosos sirvientes que lo rodeaban.
El brujo estaba seguro de que provocaba una inmensa envidia a todos cuantos contemplaban su espléndida y apacible soledad; por eso sintió una ira y un disgusto tremendos cuando, un día, oyó a dos de sus lacayos hablando de su amo.
El primer criado expresó la pena que sentía por él, pues pese a toda su riqueza y poder seguía sin tener a nadie que lo amara.
Pero su compañero, riendo con burla, le preguntó por qué creía que un hombre con tanto oro y dueño de tan grandioso castillo no había conseguido una esposa.
Esas palabras asestaron un duro golpe al orgullo del brujo.
Así pues, decidió esposarse de inmediato con una mujer que fuera superior a todas las demás. Tenía que poseer una belleza deslumbrante, para despertar la envidia y el deseo de todo hombre que la contemplara; descender de un linaje mágico, para que sus hijos heredaran dones extraordinarios; y poseer una riqueza como mínimo equiparable a la suya, para así continuar con su cómoda existencia pese al aumento de los gastos domésticos.
El brujo podría haber tardado cincuenta años en encontrar a una mujer así, pero resultó que el día después de tomar la decisión de buscarla, una doncella que cumplía todos los requisitos llegó a la región para visitar a unos parientes.
Era una bruja de una habilidad prodigiosa y poseía una gran fortuna en oro. Su belleza era tal que cautivaba el corazón de todos los hombres que la miraban; es decir, de todos los hombres excepto uno: el corazón del brujo no sentía absolutamente nada. Aun así, ella era el premio que él buscaba, de modo que empezó a cortejarla.
Quienes se percataron de su cambio de actitud se asombraron, y le dijeron a la doncella que había logrado aquello en lo que centenares de mujeres habían fracasado.
La joven también se sentía fascinada y, al mismo tiempo, repelida por las atenciones que le dedicaba el brujo. Jamás había conocido a un hombre tan raro y distante, y percibía la frialdad que yacía bajo la ternura de sus lisonjas. Sin embargo, sus parientes opinaban que esa unión era muy conveniente y, deseosos de fomentarla, aceptaron la invitación del brujo al gran banquete que organizó en honor de la doncella.
La mesa, repleta de plata y oro, fue servida con los mejores vinos y los manjares más deliciosos. Unos trovadores tocaban laúdes con cordaje de seda y cantaban canciones sobre un amor que su amo nunca había sentido. La doncella estaba sentada en un trono junto al brujo, quien, en voz baja, le dedicaba tiernas palabras que había escamoteado a los poetas sin tener la menor idea de su verdadero significado.
La doncella escuchaba desconcertada, y al final replicó:
—Hablas muy bien, Brujo, y me encantarían tus halagos si pensara que tienes corazón.
El anfitrión sonrió y le aseguró que no debía preocuparse por eso. Le pidió que lo acompañara. Ambos salieron del salón donde se celebraba el banquete y él la condujo hasta la mazmorra donde guardaba su mayor tesoro.
Allí, en un cofre encantado de cristal, reposaba el corazón del brujo. Como llevaba mucho tiempo desconectado de los ojos, los oídos y los dedos, nunca lo había estremecido la belleza, una voz cantarína o el tacto de una piel tersa. Al verlo, la doncella se horrorizó, pues el corazón estaba marchito y cubierto de largo pelo negro. —Pero ¿qué has hecho? —se lamentó—. ¡Devuélvelo a su sitio, te lo suplico!
El brujo comprendió que debía complacer a la joven. Así que sacó su varita mágica, abrió el cofre de cristal, se hizo un un tajo en el pecho y devolvió el peludo corazón a la vacía cavidad original.
-¡Ya estás curado y ahora conocerás el amor verdadero! -exclamó la doncella, radiante, y lo abrazó.
La caricia de sus suaves y blancos brazos, el susurro de su aliento y la fragancia de su espesa cabellera rubia traspasaron como lanzas el corazón recién despertado del brujo. Pero en la oscuridad del largo exilio a que lo habían condenado se había vuelto ex traño, ciego y salvaje, y le surgieron unos apetitos poderosos y perversos.
Los invitados al banquete se habían percatado de la ausencia de su anfitrión y la doncella. Al principio no se preocuparon, pero al pasar las horas empezaron a inquietarse, y al final decidieron ir en su busca.
Recorrieron todo el castillo y encontraron la mazmorra, donde los aguardaba una escena espantosa.
La doncella yacía muerta en el suelo, con el pecho abierto; agachado a su lado estaba el brujo, desquiciado y sosteniendo en una mano un gran corazón rojo, reluciente, liso y ensangrentado. Lamía y acariciaba ese corazón mientras juraba que lo cambiaría por el suyo.
En la otra mano sostenía su varita mágica, con la que intentaba extraerse el corazón marchito y peludo. Pero el corazón peludo era más fuerte que el brujo, y se negaba a desconectarse de sus sentidos y volver al cofre donde había pasado tanto tiempo encerrado.
Ante las horrorizadas miradas de sus invitados, el brujo dejó la varita y asió una daga de plata. Y tras jurar que nunca se dejaría gobernar por su corazón, se lo sacó del pecho a cuchilladas.
Entonces se quedó un momento arrodillado, triunfante, con un corazón en cada mano, y a continuación se desplomó sobre el cadáver de la doncella y murió."

Extraido de los cuentos de Beedle el Bardo